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Tu pequeño está en un tratamiento y debe tomarse ese horrible remedio. A veces logras meterle la cucharita en la boca, pero enseguida viene la mala cara y en consecuencia la desagradable devolución de lo tomado. Otras veces, él parece cooperar y accede, pero cuando estás a tres milímetros de meter el gotero en su boca, huye o hace una pataleta. Sí. Es terrible. Sigue estos consejos para minimizar los errores y lograr que tu hijo se tome la medicina sin dramas.
Que se tome la medicina en 7 pasos… ¡Es posible!
1
Permite que participen. Haz que ellos mismos llenen la cucharilla, el gotero o el vasito con la cantidad de medicamento que deben tomar.
2
Sé paciente. Dales todo el tiempo que necesiten. Explícales que aunque sabe mal, será beneficioso para que se sienta mejor.
3
Evita comentarios negativos, advertencias y amenazas. Eso de “Si no te tomas esto, te voy a…” No fun-cio-na con los niños de ahora. Ponte en su lugar: tomar la medicina puede ser lo suficientemente difícil como para empeorarlo con una mala actitud.
4
Es la hora de jugar. Usa algo como “¡Es la hora de tu poción mágica!” o “Hagamos un reto… A que te tomas esto en tres segundos” y muéstrale el cronómetro. Que los juegos sean verdaderos.
5
Tápale la nariz. Al momento de tomar el jarabe pídele que apriete su nariz con los dedos explicándole que así no sabrá a nada. En muchas películas infantiles hay referencias de este truco. Será bueno documentarte.
6
Suena triste, pero funciona: ofrécele una recompensa. Llevarlo al cine, comprarle su dulce favorito o un pequeño regalo. Eso lo motivará.
7
Actúa rápido. Mide el medicamento con una inyectadora (sin aguja, obvio) y suminístraselo. Corretearlo con el frasco en la mano y luego estriparle los cachetes para obligarlo solo empeorará la situación.
Por Adriana Terán
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Fuente: Malltv